La ubicación es muy buena, a unos 100 metros de la playa. La habitación es muy amplia, y acogedora; con mucha luz; con armario, mesa y un pequeño frigorífico (que es de agradecer para poder tener una bebida fresquita), las camas cómodas, todo super limpio. Desde el balcón se aprecia las vistas de un jardín muy bien cuidado, y de la piscina. Todo el personal super amable y eficiente. Lo mejor y la mayor sorpresa fue el desayuno. Era un buffet que había de todo, pan con tomate y embutido, pastas deliciosas y caseras, fruta variada, yogurt… infusiones de todos tipos de marca superior, café, zumos … Incluso te hacían huevos fritos al momento, en fin, espectacular. Sólo estuvimos un día, pero nos quedamos con ganas de más. Volveremos seguro!!! Núria i Antonio (Barcelona)